¿Cree que tiene que ser una “persona creativa” para obtener beneficios de la creatividad? Siga leyendo para descubrirlo.
¿Qué es la creatividad?
La creatividad consiste en crear o descubrir algo nuevo, ya sea conectando diferentes ideas, creando una obra de arte o afrontando una situación de forma novedosa o inesperada. La creatividad también incluye la resolución de problemas o el uso de herramientas o ideas de forma novedosa (solving problems or using tools or ideas in new ways) – tanto si son nuevos para el mundo como si son nuevos para usted.
Y si se queda pensando inmediatamente en las personas más creativas de la historia -pintores, músicos, escultores, cineastas, autores, actores, etc.-, no se preocupe. La creatividad no tiene por qué significar hacer algo; el mero hecho de apreciar las obras creativas, ya sean hechas por personas o que ocurren en la naturaleza, puede aportar una amplia gama de beneficios a nuestra salud mental. ¿Cuáles son esos beneficios?
Nota aparte: La creatividad y la enfermedad mental
Antes de entrar en materia, despejemos el mito de que la creatividad requiere algún tipo de problema de salud mental. Aunque existe la imagen popular de que las personas creativas más brillantes se ven impulsadas por una enfermedad mental a crear obras que marcan la historia, el vínculo entre la enfermedad mental y la creatividad ha sido (desmentido una y otra vez por una serie de estudios) disproven time and time again by a range of studies. El padecer una enfermedad mental no es un requisito para ser creativo, y el hecho de presentar los síntomas de una enfermedad mental no convierte automáticamente a una persona en más creativa.
Beneficios de la creatividad para la salud mental
Sin importar lo que la creatividad signifique para usted, el hecho de hacer algo creativo, aunque sea por poco tiempo, tiene muchos beneficios. He aquí cuatro beneficios:
- La creatividad puede ayudarnos a alcanzar un estado fluido. No cabe duda de que usted está familiarizado con el concepto de un (estado fluido) flow state, en el que estamos tan involucrados en una actividad que perdemos la noción del tiempo. Dedicarse a actividades creativas, desde pintar a tocar música o escribir una historia corta, puede ayudarnos a alcanzar un estado fluido y, por tanto, a aprovechar beneficios como el aumento de sustancias químicas cerebrales que nos hacen “sentir bien”.
- La creatividad puede ser terapéutica. Realizar actividades creativas, como el arte, la escritura o la música, puede ser algo terapéutico. Estas actividades pueden ayudarnos a procesar las emociones, sobre todo las asociadas al impacto de experiencias pasadas o circunstancias actuales, de un modo positivo y productivo. El acto de organizar los pensamientos y expresarnos a través de la creatividad puede ayudarnos a ver las situaciones y los sentimientos desde una perspectiva diferente. La creatividad puede incluso ayudar a (reducir la depresión y la ansiedad) reduce depression and anxiety.
- La creatividad puede ayudar a construir relaciones y comunidad. Cuando personas con intereses similares se reúnen para realizar esas actividades, a menudo se forman conexiones que pueden favorecer a nuestra salud mental. Cuando estas actividades implican un cierto grado de vulnerabilidad y autoexpresión, nuestras relaciones pueden acelerarse y fortalecerse aún más. Esta es una de las muchas maneras en que los (programas de arte y música de WellPower) WellPower’s art and music programs ayudan a las personas a las que servimos.
- La creatividad puede ayudar a reforzar la resiliencia. También se ha demostrado que participar en actividades creativas aumenta nuestra capacidad de ser (“abiertos de mente, curiosos, persistentes, positivos, enérgicos y motivados intrínsecamente”) “open-minded, curious, persistent, positive, energetic and intrinsically motivated” – cualidades que contribuyen a la resiliencia. Este conjunto de características puede ayudarnos a manejar las complejidades y los retos de nuestra vida al margen de nuestra actividad creativa, desde las dificultades familiares hasta el estrés laboral, pasando por otros muchos giros imprevistos que da la vida.
La creatividad es para todos
Si alguna vez ha pensado en intentar algo creativo -ya sea pintar al óleo o tomar clases de piano para adultos- pero ha decidido que no es “lo suficientemente bueno”, no se preocupe- no tiene que ser Picasso o Mozart para sacar provecho.
Aquí tiene tres ejemplos de las muchas maneras en que la creatividad es para todos:
- Todos utilizamos la creatividad a diario. Pensar acerca de un problema en el trabajo de una manera diferente, encontrar una ruta diferente a casa para evitar un atasco de tráfico, cocinar algo nuevo para la cena- utilizamos la creatividad a lo largo del transcurso normal de nuestras vidas. Y cuando esta creatividad conduce a resultados positivos, puede contribuir a nuestra salud mental a través de una sensación de logro y de mayor confianza.
- No hace falta ser un genio creativo de talla mundial. El mero hecho de ejercitar nuestros músculos creativos es beneficioso para nuestra salud mental, especialmente cuando abordamos la actividad con sentido de la curiosidad y humor. Aunque presionarnos demasiado para conseguir un rendimiento perfecto puede tener consecuencias perjudiciales, en cambio, ver el valor del proceso en sí mismo y aceptar las imperfecciones puede ayudarnos a maximizar los beneficios de nuestra afición creativa.
- Cuenta El hecho de apreciar la creatividad. Escuchar la música que más le gusta, ir a una galería de arte, ver una buena película o incluso dedicar un momento a apreciar las obras maestras que sus hijos pintaron con los dedos y colocaron en la nevera pueden ser beneficiosos para la salud mental.
20 cosas creativas que puede hacer hoy
En lugar de esperar a sentirse especialmente inspirado para hacer algo creativo (y aplazar todos los beneficios que le esperan), ¿por qué no empezar por algo pequeño? Si le cuesta pensar en ideas, aquí tiene algunas para empezar, y recuerde que no tiene que crear nada para ser creativo:
- Agarre un lápiz y garabatee en cualquier trozo de papel.
- Ver una película (o un cortometraje, sabemos que está muy ocupado).
- Ir a una galería de arte.
- Pruebe con un libro de colorear por números (ahora están de moda).
- Escuche un álbum de música que lleva tiempo olvidado en su estantería.
- Mire cuadros en Internet (consejo: empiece por buscar en Google “Vincent Van Goh” y busque bajo la pestaña de imágenes).
- Salir a pasear y tomar algunas fotos por el camino.
- Apúntese a clases de piano (o de clarinete, o de guitarra, o de cualquier otro instrumento).
- Adelántese y compre ese juego de pinturas de acuarela al que le ha estado echando el ojo durante tanto tiempo.
- Pruebe a tejer, hacer ganchillo, coser o cualquier otra labor de aguja.
- Cante junto con la radio en el automóvil.
- Baile dentro de su habitación después del trabajo (puerta abierta o cerrada – usted conoce mejor a su familia).
- Ir a dar un paseo por un parque.
- Recoja un poco de arcilla en la tienda y vea lo que puede crear.
- Invente un chiste: toc-toc, juego de palabras, lo que le haga gracia.
- Agarre un trozo de papel e intente hacer origami (¿recuerda cómo hacer una grulla?).
- Invente un cuento para la hora de acostarse, ya sea para su hijo o para usted mismo.
- Escriba en un diario (extra: intente describir la misma cosa de tres maneras distintas).
- Confeccione un álbum de fotos – en versión digital o impresa- con fotos antiguas.
- Aprenda a decir algo en otro idioma – empiece con “Hola, me llamo ____.”