La vida de Rob ha estado tan llena de altos y bajos como la región de las Montañas Rocosas, a la que él considera su hogar. Desde una carrera como chef al servicio de presidentes y diplomáticos internacionales hasta sufrir múltiples accidentes, más de 16 cirugías y quedarse sin hogar, escuchar su historia es escuchar el viaje de toda una vida. Después de más de 40 años, su próximo capítulo no ha hecho más que empezar.

Le puede pasar a cualquiera

Desde principios de la década de los 80 hasta principios de 2020, Rob tuvo una exitosa carrera como chef de alta cocina, trabajando en lugares como la Embajada de Canadá, restaurantes de lujo, campus universitarios y estadios deportivos. Para el que lo ve desde fuera, Rob lo tenía todo: una carrera lucrativa, una esposa que le quiere, aficiones estimulantes y una vida fácil. Pero lo que vemos desde fuera no siempre es la realidad.

A lo largo de sus 40 años de carrera, Rob también sufrió enormes tragedias. Su madre padeció cáncer y falleció, su mujer padeció cáncer y falleció, sufrió varios accidentes de tráfico con lesiones de larga duración, tuvo que someterse a varias cirugías, sufrió abusos de sus compañeros de trabajo y de sus jefes, se quedó sin hogar y tuvo varias experiencias cercanas a la muerte.

Rob ha pasado por muchas cosas.

“No creo que la gente se dé cuenta de cuánto he vivido y del contexto necesario para compartir cómo he llegado al lugar en el que me encuentro ahora”, dijo. “Mi historia no es sencilla ni rápida: tiene muchos protagonistas, mucho dolor, mucha alegría y muchísima determinación para sobrevivir”. En algunos aspectos he tenido mucha suerte, sobre todo teniendo experiencias en las que debería haber muerto y he salido ileso. También me ha tocado vivir muchas tragedias y pérdidas. Es difícil que la gente entienda lo mucho que he superado y lo que significa para mí compartir mi historia”.

Recuerdos de la vida y la carrera de Rob, mostrados a través de fotografías, premios, certificados y su libro, “Scared of the Rhyme”.

Tampoco nunca ha dejado que las olas y olas de reveses que ha sufrido apaguen su deseo de sobrevivir. En la espiritualidad y en la conexión con los animales encontró un sentido profundo. Descubrió formas de adaptarse a situaciones difíciles. También se dio cuenta de que a veces sólo se necesita el apoyo de alguien dispuesto a escuchar. Ahí es donde entra WellPower.

Nunca es demasiado tarde para pedir ayuda

Mientras realizaba rehabilitación física debido a un ataque cardíaco sufrido en 2021, Rob empezó a hablar con su médico sobre la necesidad de hablar de su salud mental con alguien. Lo estaba pasando muy mal trabajando para un jefe que se aprovechaba de él, y tanto su salud física como mental se estaban deteriorando por ello. En ese momento también vivía en un motel, intentando sobrevivir hasta que pudiera cobrar la seguridad social y jubilarse.

En abril de 2022 comenzó a trabajar con su proveedora clínica de WellPower, Dulcie Austin, LCSW.

“Hablar con Dulcie me ha dado la oportunidad de compartir lo que está ocurriendo en mi vida con alguien que sé que me va a escuchar”, dice Rob. “Mi mujer solía ser la persona que me escuchaba, pero cuando falleció, perdí ese apoyo y empecé a sentirme muy aislado. Poder hablar con Dulcie me ayuda a mantenerme centrado en la realidad y a calibrar mis reacciones. Es una persona en la que confío y de verdad espero con ganas nuestras sesiones.”

Al trabajar con Dulcie, Rob ha dado pasos increíbles hacia su recuperación. El mayor paso que dio fue el de reconocer que necesitaba ayuda.

“Acudir a terapia es todo un reto para las personas mayores, sobre todo para las que nunca lo habían hecho”, dice Dulcie, “Rob pasó de estar sin vivienda y vivir en un motel a conseguir una vivienda, volver a practicar sus aficiones y escribir un libro. Son logros enormes, de los que está muy orgulloso”.

Una de las mayores pasiones de Rob es restaurar bicicletas antiguas y clásicas.

Todo empieza con la estabilidad

“Cuando estás inmerso en ello, lo único que puedes hacer es reaccionar a lo que está ocurriendo en ese momento”, afirma. “Estás atrapado en la experiencia y el trauma. Lo que más me ha ayudado es tener un lugar donde vivir y poder cobrar la seguridad social. Eso me quitó la presión de encima, lo que me permitió mirar al futuro y procesar lo que me había pasado”.

“Ahora puedo centrarme en mis aficiones y en las cosas que me dan alegría. El hecho de tener un lugar estable donde vivir y unos ingresos fijos me permite ocuparme también de todos los demás problemas de mi vida. Durante los últimos 40 años he tenido muchos problemas médicos y nunca he tenido el tiempo ni el espacio emocional para procesar lo que me ha pasado.”

Con una vivienda, unos ingresos y la estabilidad que ambas cosas le ofrecen, Rob ha podido canalizar su experiencia de recuperación en un libro de poesía, titulado

“Scared of the Rhyme.” (Miedo a la rima) Recientemente lo ha publicado, y es uno de sus mayores logros.

“No pretendo ganar dinero con este libro”, afirma Rob. “Quiero que la gente lea mi poesía y escuche mi historia. Creo que mis palabras resonarán en alguien, en algún lugar, y saber que lo que he transmitido al mundo puede ayudar a otra persona es lo que más me apasiona. Con la ayuda de Dulcie, he podido dar un paso atrás y ver los patrones de mi vida, y al escribirlos en poesía y compartirlos públicamente, mi esperanza es que mi viaje pueda ser lo que ayude a otra persona a también obtener el apoyo que necesita.”

“Edge of Time” (Al filo del tiempo) – extracto del libro de Rob, “Scared of the Rhyme”

Soy el guerrero al filo del tiempo
En este tiempo algunos dicen que estoy viviendo tres vidas
Demasiado para un simple mortal que intenta comprender en vano
Un viaje sin fin hasta el final
Con sorpresas y tragedias a lo largo del camino
Sólo te mantiene a raya, para que no te tambalees
Para algún propósito previsto, que aún no conozco
Con confusión y reutilización sigues adelante
Cautelosa y continuamente buscando el filo
Sin saber cuánto queda por delante
El viaje del guerrero puede ser largo
Porque el destino de su vida es ser fuerte
No es más fuerte que el tiempo
Rindiéndose al tiempo finalmente en el filo