La capacidad de escuchar es una de las herramientas más infravaloradas y cruciales para ayudar a las personas a sentirse escuchadas y valoradas. Ser un buen oyente requiere práctica, como cualquier otra habilidad, y puede ser difícil saber por dónde empezar. Por suerte para usted, Ashlie Lund-Richardson, LCSW, LAC, gerente de programas en Wellshire Behavioral Services de WellPower, está aquí para ayudarle con cinco consejos para convertirse en un mejor oyente.
1) El lenguaje corporal importa
El lenguaje corporal que mostramos durante una conversación con otras personas influye mucho en que éstas se sientan escuchadas y atendidas. Aunque el lenguaje corporal concreto puede variar de una cultura a otra, hay algunos indicadores clave que conviene tener en cuenta:
- Contacto visual. Para muchas personas, el contacto visual es una forma importante de demostrar que uno está escuchando lo que dicen. Esto puede variar en función de la persona, y avisar de antemano si el contacto visual es incómodo o una señal de falta de respeto en su cultura puede ayudar a evitar malentendidos.
- Postura relajada y abierta. Evite cruzarse de brazos y dar la espalda a la persona con la que está hablando. Una postura abierta le indica a la otra persona que usted está dispuesto a escuchar lo que tiene que decir.
- Expresión facial neutra. Reaccionar con expresiones faciales negativas puede demostrarle enseguida a la otra persona que usted no está preparado o dispuesto a escucharle. Practique el uso de expresiones faciales amables y neutras para indicar que está preparado y dispuesto a escuchar sin juzgar.
2) Las señales verbales marcan una diferencia
“Sé que estoy escuchando de manera eficaz cuando soy capaz de validar u observar con ellos lo que escucho de ellos”, afirma Lund-Richardson. “Puedo parafrasear lo que han dicho, utilizar frases como Ya veo’ o “Te escucho”o incluso simplemente asentir y decir: “Mm-hmm'”.
La clave para utilizar las señales verbales con eficacia es mantener la conversación centrada en la otra persona, en lugar de centrarla en su propia experiencia. Intente utilizar frases como:
- “Lo que te oigo decir es …”
- “Suena como si te sintieras …”
- “Eso parece muy …”
3) Manténerse libre de juicios
Ser capaz de mantener una conversación sin juzgar puede llevar su tiempo, sobre todo si el tema es algo que nos preocupa mucho o nuestra opinión difiere de la de la persona con la que hablamos. (Primeros auxilios en salud mental) Mental Health First Aid, un curso que enseña a los adultos a ayudar a otras personas con problemas de salud mental y a ponerlas en contacto con recursos, enseña a los participantes a plantearse las siguientes preguntas sobre cómo escuchar sin juzgar:
- ¿Está preparado para expresar su preocupación sin juzgar?
- ¿Es usted la persona más indicada para ayudar a esta persona?
- ¿Puede usted invertir el tiempo necesario para mantener una conversación en este momento?
El hecho de escuchar sin juzgar ayuda a las personas a sentirse escuchadas, comprendidas y reconocidas. También puede ser lo que marque la pauta para futuras conversaciones y lo que influya en que la persona se sienta cómoda para volver a hablar con usted.
4) Minimizar o eliminar las distracciones
“Algunas cosas que pueden ayudarnos a escuchar mejor son prestar atención a cuándo y dónde mantenemos conversaciones importantes”, afirma Lund-Richardson. “Por ejemplo, si tengo niños correteando a mi alrededor o estoy fregando los platos, naturalmente voy a estar más distraída”.
“Eso es comprensible y cierto para muchos de nosotros, pero si se trata de una conversación importante y la persona necesita sentirse escuchada por mí, podría considerar la posibilidad de irme a una habitación tranquila, no tener el teléfono móvil cerca e intentaría mantener el contacto visual y un lenguaje corporal abierto mientras escucho.”
Si en ese momento no puede encontrar el tiempo o el espacio para mantener una conversación sin distracciones, hacerle saber a la otra persona que se interesa por ella y que quiere hablar, ofrecerle otro momento en el que sepa que estará totalmente disponible puede ser una gran alternativa.
5) Expresar empatía
En el fondo, la mayoría de la gente quiere sentirse escuchada, valorada y conectada con sus seres queridos. La empatía -la capacidad de comprender y compartir los sentimientos de otra persona- fomenta la conexión y la seguridad en nuestras relaciones.
Una parte de saber escuchar consiste en enfocar las conversaciones desde un punto de vista empático y validador.
“Creo firmemente que la mayoría de las personas valoramos el sentirnos escuchadas y, en muchos sentidos, lo necesitamos cuando estamos teniendo dificultades, o incluso cuando celebramos o nos entusiasma algo”, afirma Lund-Richardson. “Que alguien escuche lo que decimos nos permite mantener una conversación real y nos ayuda a sentirnos más validados en nuestra experiencia. Creo que esta área es crucial cuando se trata de nuestro bienestar, así como de apoyar nuestra salud mental.”