Sean llegó a Denver para asistir al Loretta Heights College, una escuela de arte de la ciudad. Durante su primer año, consiguió una audición para la Julliard School, una conocida institución de enseñanza de artes escénicas situada en Nueva York. Después de su viaje a la ciudad, su vida dio un giro muy importante tras recibir el diagnóstico de VIH en 1981.
El poder de compartir su historia
Tras recibir la noticia de su estado de salud, Sean no supo qué hacer. Regresó a su casa en Rapid City (Dakota del Sur) y se empeñó en mantener en secreto su diagnóstico de VIH.
Todo cambió cuando conoció a una enfermera de un hospicio que dirigía un programa destinado a inculcar una actitud positiva a los pacientes recién diagnosticados con el VIH. A través de este programa, Sean se implicó con varios grupos para compartir su experiencia personal y descubrió el poder transformativo de compartir su historia.
“Hablar con otras personas sobre mi experiencia ha sido la mejor decisión que he podido tomar”, afirma Sean. “Pensé que la gente iba a sentir repulsión, pero realmente querían saber cómo hablar con los demás sobre el VIH. Me alivió el peso que sentía que llevaba a la espalda”.
En aquel momento, en todo el estado de Dakota del Sur sólo había 14 personas diagnosticadas con el VIH. En busca de mejores recursos y oportunidades, Sean regresó a Denver y recibió atención médica en Denver Health, donde sintió que su equipo médico realmente lo apoyaba.
Sean pudo fusionar su talento artístico y su deseo de compartir su historia creando vídeos de concienciación en colaboración con Denver Health. “La gente necesita buena información”, dice Sean. “He conocido a mucha gente que ha tenido muertes trágicas y quería mostrar lo que era prosperar en la vida con el VIH”.
Reconociendo la salud mental y el consumo de sustancias
Tras ser remitido por el equipo de Denver Health, Sean buscó atención de salud mental a través de WellPower. Se le present NextChapter, un programa de WellPower que ofrece formación laboral y educativa y sirve de vía de acceso a la comunidad en general.
En NextChapter, Sean conoció a una asesora vocacional que fue decisiva en su camino. Ella impartía una clase de habilidades para la vida para ayudar a las personas a las que servimos a gestionar mejor sus síntomas de salud mental y prosperar en la recuperación. A través de este curso, Sean reflexionó sobre los cambios que necesitaba hacer en su vida. “Me di cuenta de que la vida era algo más que quemar la vela por los dos extremos, que es lo que estaba haciendo”, dijo.
Sean volvió a la escuela y buscó ayuda para su trastorno por consumo de sustancias. “Nunca me había dado cuenta de hasta qué punto las drogas me estaban impidiendo desarrollar todo mi potencial”, afirma Sean. Una vez que Sean aceptó la ayuda, empezó a seguir la medicación prescrita y a visitar con regularidad a sus psiquiatras y terapeutas.
Buscando el bienestar a través del teatro
El teatro ha contribuido al bienestar de Sean a medida que sorteaba diversos problemas de salud mental y física. Durante años, Sean ha colaborado con Phamaly (Physically Handicapped Amateur Musical Actors League) ((Liga de Actores Musicales Aficionados con Discapacidad Físicaque le ha ofrecido su apoyo incondicional.
Catorce años después de que le diagnosticaran el VIH, Sean contrajo el SIDA. Hoy Sean está empezando a perder órganos, su corazón funciona mal y se mantiene bombeando gracias a la medicación. Sin embargo, sonríe y dice: el espectáculo debe continuar
Obtener un título y dirigir una producción teatral
Sean se graduará en el Community College of Denver (CCD por sus siglas en inglés) con un título de asociado en mayo y tiene previsto volver para obtener su licenciatura este verano. Participa en la producción de sonido del musical de primavera del CCD, Evil Dead, El Musical.
Sean también dirige un cuento infantil sobre magos y dragones titulado “The Golden Grotto, The Frog Prince”, que se presentará en el Mercury Café en agosto. Esta producción cuenta con la colaboración del departamento de teatro y discapacidad del CCD.
Sean llegó por primera vez a WellPower en 1989 y reflexiona sobre lo lejos que ha llegado. “Iba a ir a Nueva York y triunfar en Broadway, y todo era yo, yo, yo”, dice. “Eso me lo arrebataron rápidamente cuando contraje el VIH, y me lo arrancaron todo. He aprendido que también se trata de otras personas, y una vez que empiezas a mirar hacia fuera y no sólo hacia dentro, se producen muchos cambios positivos.”